Jengibre confitado

Si, si, ya se que falta bastante para navidad, pero el jengibre es algo que me gusta comer todo el año, me encanta ese sabor tan variable que tiene y la verdad es que estos días me sentía tan cansada que lo mejor contra el cansancio es el jengibre y confitado mucho mas.

Confitar el jengibre es un proceso un tanto largo, pero vale la pena probarlo, ya que el comprado aparte de ser carísimo, no siempre es bueno.

Bueno vamos a la paciencia, perdón, a la receta.

Ingredientes:

200 gr. de Jengibre bien fresco 

2 gr. de Pimienta negra

350 gr. de Azúcar

1 litro de Agua (de la canilla)

1/2 Limón

1 Anís estrellado (estrella de badiana)

1/2 Vaina de Vainilla

Procedimiento:

Se pela el jengibre, se lo corta en daditos de 1 cm mas o menos, y se los deja en agua fría por unas horas (yo siempre lo hago a la noche antes de ir a la cama, porque soy ansiosa y no me gusta esperar...)

Pasado el tiempo, colamos  y en una cacerolita se pone a hervir agua, se introducen los daditos y se los deja hervir cuatro minutos, se saca, se cuela  y enfriamos con un buen chorrazo de agua fría, se vuelve a tirar esa agüita y se repite el procedimiento cuatro veces mas..., mientras que estamos en ese rollo de controlar los minutos, tirar el agüita, hervir mas agüita, etc, etc, con la mano que nos sobra (que por suerte tenemos dos para usar), vamos haciendo un almíbar con el litro de agua, el jugo de ese medio limón, la pimienta (que previamente molimos en un mortero, mientras teníamos tiempo de respirar un cacho), el azúcar, la media vainilla ( a la que le hicimos el harakiri, para que suelte la semilla)y el anís estrellado. Cuando el almíbar ya tomó color doradito entonces introducimos el jengibre, tapamos y a fuego lento dejamos cocinar por una hora y media..., como esto no termina aquí, les aconsejo que usen esa hora y media para ir haciendo los mandados, no, no, mejor NO!!!, porque si son como yo, que me pongo a charlar con cada una que se me cruza en la esquina, entonces cuando vuelvan a casa van a tener un poderoso incendio, mejor vean la novela!

Ya paso la hora y media?, bueno ahora lo dejamos enfriar bien hasta el otro día (bueno, también pueden ser solo un par de horas), como el almíbar no está realmente espeso, vamos a pescar los daditos y calentamos el juguito solo por diez minutos a fuego un tanto mas fuerte, que hierva, que queme!!!, ahora volvemos a poner el jengibre y SIN tapa esta vez, dejamos cocinar a fuego moderado una media hora mas. Sacamos del fuego colamos y dejamos los casquitos en el colador que se escurran bien y al jugo lo guardamos en un frasco con tapa en la heladera, no lo tiren porque ya voy a bajar recetas con ese jugo, aunque si se lo quieren tomar diluido con agua o para endulzar el té o comer como postrecito mezclado con ricota o yogurt, etc, etc, háganlo, que queda soñado!

Los cascos que están en el colador los tapan con un lienzo, los dejan secar dos días y por último los ponen en un frasco con tapa, agregan 1 cda. sopera de azúcar y lo baten con todo el poder de greiscol,  ya esta!

Les recomiendo que no tengan miedo y prueben de hacerlos porque tan difícil NO es y bien tapados en la heladera duran un montón, y quien les dice que para diciembre nuestro pan de navidad sale con jengibre delicioso confitado!!!

Ah..., ya que se metieron en semejante baile, les diría que hagan el doble de la receta, para que aunque sea llegue a mediados de septiembre...